domingo, 25 de octubre de 2009

Por los pelos



Era una mañana redituable. Desayunar un domingo en el Mallorca de Serrano y Columela no estaba previsto bajo ningún punto de vista. Pero las cosas suceden.
Me encontré cómodo al principio aunque, al rato, confieso que me sentí un poco desubicado por cierto pantalón rojo, pañuelos al cuello o algunas repugnantes gafas negras. Tanto, que me dieron muchas ganas de acercarme a ese señor y, amagando como para pedirle prestado el periódico, decirle: "Oiga, disculpe, ¿usted ve bien?". Pero es lo que tiene recurrir a estos barrios madrileños para poder comer un fantástico sandwich de pebete con salmón y aguacate. Además, la vida no está como para dedicarse a cambiársela a nadie.

Asi que lo dejé pasar y metí mi hocico donde corresponde, en el café con leche.
Cuando estaba terminando de leer El Corriere, a eso de las 12 en punto, ingresó al local Boris Izaguirre con el que tenía toda la pinta de ser su novio. Ahí la cosa ya me pareció demasiado, no quise interrumpirlos y me retiré.
Al salir por Serrano hacia Alcalá, paró un coche a mi lado. Era Yolanda, que bajando la ventanilla me increpó, diciéndome que era un maleducado por no haberle contestado el correo. Mientras, Julia me acariciaba la barba y me decía que estaba irresistible así, con cinco milímetros más de pelo en la cara, y que algunos ya tenían canitas y tal. Me desconcentré tanto que por un instante no supe que contestarle a ninguna de las dos.

Pero me recompuse. Pensé en Boris y sus ardores dominicales con su novio, en mi reciente acierto del salmón con aguacate y me deshice de otros mariquitas de la zona. Le grité a Yolanda que lo del correo no había sido un olvido, pero tampoco un error y que si me daba la gana me daría una vuelta esa noche. Luego me quité las manos encima de Julia, diciéndole que yo pensé que le gustaba de antes y que por cinco milímetros de pelos no puede uno enamorarse de nadie.
Yolanda ya había subido la ventanilla y huía doblando a velocidad por Columela. Julia, me besaba la mejilla mientras se ponía a llorar.

(Foto: Nico) La citada pastelería Mallorca de Serrano y Columela en Madrid, este domingo a las 11.45 de la mañana.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, todo un chico duro.....
Madrí se está poniendo imposible!
Besos

Sulizhen dijo...

Es más fácil calibrar sin riesgo de error el atractivo subjetivo de una barba que si no contestar un mail o dos es o no un error. Para eso, como para las canas, hace falta tiempo.

Pombolita dijo...

Pero ¡insensato!, siempre te encuentras con gente muy peligrosa para tu estabilidad física y mental...¡pantalon rojo! ¡dónde se ha visto! eso, con pañuelo al cuello -¿topos azules?-, y gafas de sol, y en Serrano...¡por diós!....semejante indumentaria sólo tiene razón de ser en Saint Tropez, años 60, y si llevas de pareja a BB, si no, es una impostura total y, sobre todo, una mala educación garrafal...prueba otros barrios, te lo aconsejo, por qué encima, habrás tenido que aguantar sus chácharas insufribles...

Tian dijo...

Me alegra sobremanera que la fauna de Madrid se reproduzca, mientras este controlada.