miércoles, 21 de julio de 2010

Malas costumbres


Me desperté pensando que uno debería leer sobre lo que se pregunta, y escribir sobre lo que no comprende.  Un poco más tarde, cuando se acabó mi café con leche, me llamó mucho la atención que Billy se quisiera ir a la mierda. Habìa saltado a la cornisa y asomado al abismo divisaba un mundo desconocido: voces de chicos, sombras de liquidambar y algún vecino imbécil. En casa él jugaba con Berto como Tom y Jerry; ni una sola noche le faltaban los Juniors de pollo y arroz, y de vez en cuando le agarrábamos por molestarle, por relacionarnos un poco. Pero así y todo quería ir más allá y tenía toda la pinta de querer pirarse.

(Foto: Nico) Una imagen cenital de Berto, en el momento en el que Billy intentaba pirarse.

miércoles, 14 de julio de 2010

El terreno baldío

Habíamos cruzado durante horas por un camino polvoriento, lleno de bichos y nubes de evolución. Sin inmutarnos, accedimos a respirar ese olor a campo de verano y observábamos con lentitud cómo seguía pasando el tiempo. Al recostarse, sus piernas adoptaron una posición en forma de cuatro y mientras nos dormíamos balbuceábamos el recuerdo de cómo habíamos llegado hasta allí, por qué todo nos agotaba y nos gustaba tanto; qué razón se escondía en aquella tarde color de durazno.
(Foto: Nico)