Y de a poco sigue amaneciendo y las hojas se mueven igual aunque los árboles están mucho más grandes y las veredas... las veredas nada, las de antes.
Y reconozco a la misma gente más vieja por la calle, ya no me conocen pero yo se que siguen siendo ellos. Y sólo mi madre me sigue diciendo las mismas cosas de siempre, como si fuera la única que logró mantener intacto todo, a mi y al tiempo.
Asi que el lugar es el mismo y los zorzales cantan igual. Pero es otro tiempo, uno en el que no hay ni habrá forma de saber cómo hubiera sido porque estuve en otro lado y no se puede vivir dos veces.
Pero tengo casi el privilegio... o la desgracia.
(Foto: Nico) Imagen real de la otra vida