Cuando se viaja, normalmente uno considera la ida como el primer viaje, impar (el 1º) y el regreso es un viaje par (el 2º). Pero hace un tiempo que vivo al revés, como con un eslabón perdido en algún lado. Esta ida no será impar, ya que será mi cruce 16º, mientras que el regreso tampoco será par, evidentemente será el 17º. Entre medio tiene que haber pasado algo imprevisto, un viaje sin retorno, un cambio de sentido. O alguna ida que en medio del Atlántico se la declaró regreso.
Pero el tema no es tanto resolver de qué lado quedó el origen sino cuál es el sentido. De hecho no se puede resolver el sentido sin antes determinar el lugar. Y creo que es allí, durante esas horas curvas e interminables, sometido al gobierno del tiempo, el espacio y la velocidad, cuando me doy cuenta de lo que hice. De lo inconsciente que fui para jugar con las variables de esa regla de tres simple. Cambiar el lugar, obtener otro resultado.
Boarding pass del viaje 14º. Frankfurt (FRA) - Buenos Aires (EZE) directo sin escalas por Lufthansa. 13 horas 45 minutos de vuelo.
Salvo la fecha todo será igual este próximo 3 de julio. Hasta el asiento, 40K. Ventanilla, por supuesto.
Boarding pass del viaje 14º. Frankfurt (FRA) - Buenos Aires (EZE) directo sin escalas por Lufthansa. 13 horas 45 minutos de vuelo.
Salvo la fecha todo será igual este próximo 3 de julio. Hasta el asiento, 40K. Ventanilla, por supuesto.