lunes, 7 de abril de 2008

Teoría y estadística de una pobre incursión literaria



Estoy empezando a preocuparme. Si por algo escribo es porque me gusta. Así que cuando veo algo mío que no me gusta, escribir deja de tener sentido. Me refiero a una cuestión meramente técnica, pero me incomoda. Los títulos de mis tres últimos posts están compuestos todos de dos palabras enlazadas siempre por la misma preposición: de. Todo es de algo: de escape, de origen, de redacción. Me pareció agotador.
Alguna vez yo hice música, había estudiado poco, pero iba en serio, como ahora. El apogeo de aquello fue un concierto para unas 350 personas en un teatro importante de mi barrio. Nos pagamos toda la producción, unas vacaciones en la playa y nos hicimos un asado de novela. Escribir, salvo cartas a mi novia o exámenes en el colegio, no escribí jamás. Pero el placer que me da es muy parecido. Siento recuerdos de aquella adrenalina. Merezco irme de vacaciones igual.
Lo que también recuerdo y sé, es que cualquier actividad artística (o parecida, en este caso) que sea poco original, cansina y repetitiva es francamente desechable. Cambio de sentido, otro de más por allá y van cuatro sobre quince posts. Un 26,66% de agotadora efectividad anti literaria.
Después, hay otros tres títulos también de dos palabras unidas en dos casos por una preposición distinta a de y el tercero se lleva la palma uniendo con conjunción, y. Me aplaudo con dos dedos, del pié.
Es decir que de quince ideas de título hay siete con estructura casi idéntica: un 46,66%. Completan la estadística, tres títulos de dos palabras (lo breve, si malo...) y otros cinco híbridos. Yo sabía que era insoportable, pero nunca me había leído.
El único título que me gusta realmente es La batalla del desconocimiento. No sé por qué, me parece el más original y refleja muchas cosas que quería decir ahí. Me representa, suena bien.
Por lo demás, lo lamento. Voy a esforzarme en pensar títulos más ocurrentes, pero no me prometo nada ni a mi mismo. Salvo, que tengo en el borrador uno que se llama Dulce de leche. Dos palabras unidas por de. Pero ese, no puedo cambiarlo, ese dulce no puede hacerse de otra cosa. Será que todo, siempre, es de algo.

Un borrador, esos que se escriben solos en el metro.

7 comentarios:

...flor deshilvanada dijo...

Dulce de leche, es el único que no podés cambiar.

A mí me gustaron tus títulos, pero entiendo que vos no estés conforme, todos somos muy autocríticos...

Te dejo un beso, que pases lindo!

Clauminara dijo...

jajajaj en mi pueblo el dulce de leche se llama cajeta, se que en otros países es una grosería, así que si no quieres seguir con los títulos de dos palabras unidos por la preposición "de" pues escribe ese post como "Cajeta". Ya en serio creo que escribes muy bien, me gusta mucho tu blog.
Un abrazo.

Nico Carletti dijo...

Con suerte "Dulce de leche" no verá jamás la luz. Se está transformando en una ensalada. A mi me encantan las ensaladas, pero las literarias, no. Cajeta no podrá llamarse nunca, me saca del clima gastronómico y me introduce en un lugar muy erótico, que lo prefiero para otros momentos.

Anónimo dijo...

A mi me resulta muy difícil poner un título y creo que nunca acabo acertando. De todas formas lo importante debe estar en el contenido, como ocurre con las personas.

Merlina dijo...

Muy argentino lo del título Dulce de leche. Seré una dulcera sin remedio, pero a mí me suena bien.

Saludos

©Claudia Isabel dijo...

Nico, muy interesante el análisis que haces de tu propia producción de títulos...nunca me detuve a pensar en esto, pero creo que los títulos deben ser algo así como el cabello de las mujeres y la barba bien recortada en los hombres o el pelo bien engominado; osea, es lo primero que mirás, y debe ser atractivo para invitarte a leer, asi como el cabello de una mujer invita a mirar algo más(En realidad ustedes miran primero otras cosas, pero en fin)
El caso es que el título, debe reflejar o sugerir de que trata la historia, no siemrpe es asi, pero al menos un intento incipiente sobre el tema...otras veces, y puede que esto sea negativo, son los títulos rimbombantes, que dicen más de lo que es la historia...
Interesante reflexión Nico.
Un abrazo

Manuel Márquez dijo...

Compa Nico, las teorías y técnicas literarias supongo que hacen mucho hincapié en la importancia de un (buen) título, sea para el escrito que sea, pero yo estoy más bien de acuerdo con Lúcida: lo que de verdad importa es el contenido, y el de tus reseñas está bien trovado y resulta interesante.

Un abrazo.