jueves, 11 de junio de 2009

La mano de Dios



El problema de la enseñanza religiosa siempre fue que mientras transmite la doctrina, indefectiblemente se ve tentada de enseñar a no pensar, a no discutirla. Yo acaté algunos años aquel principio, pero ahora leo el periódico más que La Biblia y me decanté por la razón. Asi, me surgen preguntas: Si Dios perdona pero la justicia no ¿entonces quiere decir que la justicia es más justa que Dios?
Quizá el padre Grassi -al que recuerdo presente casi diariamente y durante horas en los más prestigiosos programas televisivos argentinos referentes a política y sociedad- nunca se hizo esa pregunta, ni ninguna otra. Después del seminario, en cuanto tuvo alguna duda directamente se sentó a un chico de quince años sobre su falda y dijo: Dios perdona, asi que la justicia no puede ir más allá. Pero no (y eso que la justicia argentina es un reverendo... desastre).

Pero lo que ni Dios ni la justicia podrán dilucidar nunca es cuánta de la represión sexual meticulosa y fervientemente (y solapadamente) transmitida por la Iglesia durante siglos se manifestó en ese instante, el momento en el que Grassi no aguanto más, desconfió de la enseñanza en el seminario y se soltó las manos para acariciar a un chico inocente. Paradójicamente, para descubrir que en los años de seminario tenían razón, que por hacer eso caería sobre él un severo castigo.
Conclusiones erróneas. Es lo que pasa cuando la enseñanza divina se canaliza a través del desconocimiento del hombre. Hombres de poca fé, quieren tocar lo que no conocen.

4 comentarios:

Merlina dijo...

Por ahí no lo sabías Nico, pero yo soy periodista, o algo así. Y trabajo en un lugar dónde el caso Grassi tenía suma importancia, y no sólo como noticia, también por peso de legalidad y esas cosas. Así que al tema lo seguí de cerca.
Supongo, porque veo que lees los diarios más que la Biblia, que sabrás ya que sólo lo condenaron por dos de los 17 casos por los que fue acusado.
Honestamente, a mí si mis jefes se metían en quilombo o no, la verdad no era lo que más me importaba. Pero la investigación, aún con sus falencias y falta de pruebas concretas en todos los casos, demostraba todo eso que vos describís en tu texto.
Y lamentablemente sigo siendo una justiciera que quería que al curita lo hagan mierda. Me la pase siguiendo el caso a través de notas y notas durante los diez meses del juicio oral. Sé reconocer a los abogados querellantes, de los defensores, de los fiscales, con nombre y apellido. Cierro los ojos y me imagino a la perfección la fachada del Tribunal Nº1 de Morón. Yo, que nunca fui para esos lados. Lo vi envejecer un lustro a Julio César en menos de un año, por depresión.
Quince años es poco. Me gustó la definición de algún periodista colega que escuché por ahí: fue una sentencia NI. Sin embargo, y a pesar de que concuerdo que no es suficiente, que queda una parte sin castigar, que al pibe de quince le sigue pesando la mano en la falda y que el hijo de la Virgen Santa en la que no creo y la re puta que lo parió debería pudrirse detrás de las rejas sigue jugando el papel de víctima; tengo 21 años.
Y nací en este país de casi el fin del mundo, aunque nosotros argentinos creemos que en realidad acá empieza. Y creo poco en las instituciones. Y no creo en la policía. Y no comparto nada con la Iglesia. Y soy de la fucking generación argenta de los descreídos sin esperanza. Pero en mi casa, la democracia se respeta.
Por lo tanto, a mis dos décadas de interés por la política y los juicios; a tres años de una experiencia más directa con los medios; a diez meses de haber seguido el caso de cerca; puedo decirte que aunque le hubieran dado tres días, yo hoy creo en la Justicia al menos un poquitito más.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

El tema me enciende. Curas contra el aborto, pero no contra el sobeteo de niños...(por decirlo suave) Y parece que ni se inmutan. Lo tapan un poco y se olvidan del tema. Es una verguenza.

Nico Carletti dijo...

El pecado es la gran coartada de la Iglesia, pero no de la justicia.

Beli Laborda dijo...

"Conclusiones erróneas. Es lo que pasa cuando la enseñanza divina se canaliza a través del desconocimiento del hombre."
Tu idea es sencillamente, brillante.