de tu piel blanca que pretendí inconsciente,
de tus labios y el café caliente.
¡Qué locura!
También recuerdo la premura,
el curso seco hacia el que orientamos las tardes,
la sospecha de que eramos unos cobardes.
La ruptura.
A mí me sacia tanto tu figura,
tu melena insistente, coloquial,
el uso abrupto del tiempo y de la sal.
O la dulzura.
(Foto: Nico)
1 comentario:
¡Sos un poeta fenomenal! Qué bueno que optaste por compartir tus versos.
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