domingo, 21 de junio de 2009

La crisis del mojito

Situación
Sábado a la noche. 1.45 de la madrugada. De copas con amigos por Malasaña. Espero pacientemente en la barra de un bar para hacer el pedido. Al cabo de unos 15 minutos...


-Hola poneme dos mojitos, una sin y una...
-No tenemos mojitos.  
Y la chica, mirando a los asistentes en general, acota: -¡Yuuuuu! ¡ya podemos decir que no tenemos más mooojiiiiiitoooos, yea, yea!...
-Bueno, poneme una sin y ahora te digo qué hacemos con lo otro.
Me voy a preguntar a los colegas y vuelvo

-Listo, los dos mojitos por dos caipirinhas y ya te digo el último que la chica que falta está en el baño...
-Vale.

 Vuelvo a los 10 segundos. Me la encuentro preparando las dos caipirinhas
-Ok, el último es otra caipirinha más.
-Mmm... no, me parece que van a ser dos. No me alcanza para más.
-Bueno... ejem... y ¿qué me podés ofrecer entonces?
-No, mira, no puedo perder tanto tiempo por tres copas.
- ... ¿Cómo? 
Me mira y no responde. Insisto.
- ¿Qué borde, no?
-¿Qué has dicho?
-He dicho que qué borde. No tenés mojitos, no te alcanza ni para tres caipirinhas y me contestás así?
-Mira, no hace falta que me entiendas. Dime qué quieres y ya está. Te puedo ofrecer un...
-Nada, nada. Poneme una Coca-Cola no más...
-Tengo...
-Que no cariño, no se te ocurra perder el tiempo conmigo. Poneme una Coca-Cola te digo.
-Bueno, ahora no te pongas borde tú ¿eh?, que para eso nos ponemos borde los dos y sino esto se arregla yendo al bar de al lado y se acabó...
-Te digo que me pongas una Coca-Cola, gracias.

En situaciones normales me hubiera ido, claro. Recomendándole antes que se meta un mojito, una caipirinha, más mi dedo meñique y el índice en el orto, todo junto, quiero decir al mismo tiempo. 
Pero estaba con amigos y no quise arruinarle la noche a nadie, asi que la sin, las dos caipirinhas y yo, que quería la tercer caipirinha, me tomé la Coca-Cola como un rey.
Al salir del bar miré hacia atrás (para recordar el nombre donde no debía volver) y ví un cartel grandecito recomendando, justamente, exclusivamente "Mojitos, Caipirinhas", cosa que no había notado antes de entrar. Al volver a casa me acordé de que España es el país que vive de los servicios, en un gran porcentaje de los gastronómicos (bares, copas, pinchos, vida nocturna, etc) Me acordé también de que estamos pasando una crisis enorme, donde se supone que uno debería estar agradecido de que consuman en su local y donde el propietario de un local de servicios debería esforzarse más que nunca por atender bien, porque puede que la cosa se le ponga jodida pronto... nunca se sabe.
Yo me acuerdo...  por ejemplo... Esta gente, que ofrece mojitos y no tiene, caipirinhas y no tiene, después cuando tiene algo te trata para el orto. Esta gente, digo, ¿de qué piensa vivir?

1. Nota del autor: disculpas por el tono soez.
2. Recordatorio: No volver al Café de Mahón, Plaza dos de mayo, barrio de Malasaña, Madrid.

1 comentario:

Rivera dijo...

Muy bueno!

Que cosas que pasan aveces, no..?