sábado, 30 de mayo de 2009

Entre el tango y el flamenco


Lo primero que sentí es necesidad de pedir perdón por haber dejado pasar tanto tiempo antes de ir a ver y oir un espectáculo de flamenco. Lo segundo, fué preguntarme qué habrá entre el tango y el flamenco, además de un océano. 
Estaba en eso, intentando mezclar Andalucía con el Río de la Plata, a ver qué salía cuando El Cigala se puso a cantar  El día que me quieras, como si hubiera adivinado mi duda, intuído mi sospecha. Tal vez queriendo responder que entre el tango y el flamenco no hay nada más que una guitarra, canto, pasión y sangre.

(Foto: Nico) Diego el Cigala y Tomatito. Viernes 29 de mayo en el Teatro Auditorio de San Lorenzo del Escorial. Suma Flamenca, del 7 de mayo al 20 de junio.

5 comentarios:

Sulizhen dijo...

El flamenco y el tango son gritos del alma.

Merlina dijo...

Sr Carletti,
me alegra saber que usted siguió escribiendo. Y me alegra saber que lo encuentro en el lugar de siempre. Y tan argentino exilidado como siempre. Pensando en tangos y en Fito Paez y en tantas cosas que uno vaya a saber qué.
Espero poder volver a aparecer en sus blogs amigos, ahora que de a poco me voy reincorporando a la red.
Un beso!!
Merlina

Anónimo dijo...

Yo observo que el flamenco es mas grito que el tango. El tango , te lo digo como buen porteño, es un reproche subjetivo. Concederìa decir hasta de "mal perdedor"; el tango es desvergonzado y sincero; varonil hasta la medula. El Tango es de los Hombres solamente. Que me disculpen las mujeres. Que ellas canten tangos, pero no se reemplacen en el sentir sufriente autenticamente nuestro. Que canten boleros mejor y griten flamenco.

Sulizhen dijo...

Estoy de acuerdo (la frase era de Chavela Vargas, que un día me lo dijo). en cualquier caso, su definición del tango me recordó a este otro...

Yo, como Mastropiero, respecto del tango lo ignoro todo.(Todo con Re)

http://www.youtube.com/watch?v=A2fPfvWRBPQ&hl=es

Nico Carletti dijo...

Coincido sobre todo en el hecho de que lo ignoro todo. Dicho eso, creo que sí, son gritos del alma desde el momento en que ambos ocurren por no poder mantener el silencio del corazón.