miércoles, 7 de enero de 2009

Luchador de consumo




Dejando de lado las causas, parece ser que se está tratando ahora de que no caiga a pique el consumo y los gobiernos del mundo se reunen, hablan y se rompen la cabeza (nunca el culo) para ver cómo lograrlo. Cómo hacer que consumamos, que sigamos comprando como siempre, y para eso perfilan acciones para dar liquidez al mercado (líquido, es decir que el dulce de leche estaría a la baja en estos momentos, es muy espeso). El tema es que no se pare la rueda, porque como todos sabemos la economía mundial depende de un muy delicado, pero sobre todo injusto equilibrio de consumo.
Entonces me volví tonto y me hice esa molesta pregunta, ¿y por qué?. ¿Por qué hay que consumir para que funcione el mundo? Antes de chocar contra mis propias reflexiones pensé que quizá durante todo el 2009 no tendría ganas de consumir nada, nada más que aquello que me permitiera vivir de forma básica en el siglo XXI: luz, gas, algunas horas de televisión, transporte, unas verduras, arroz basmati, un bistec a la plancha y una sola nueva camisa. Música, eso sí, y con la mayor frecuencia posible alguna cena en un restaurante con encanto. Ni si quiera sería necesario seguir escribiendo estas líneas.

Pero la rueda no va ahí, sino que gira mayormente en base a montones de inventos y deseos innecesarios (al frente de la tabla vayan los insoportables politonos de los moviles, la vestimenta actual que dura -nos la hacen durar -cinco días de moda, o la TV y el DVD de super-archi-mega-ultra-hiper definición, etc, etc, etc...) Me imagino algunos cerebros diciendo "¿y ahora qué podríamos inventar? ¿qué le podemos agregar a esta ensalada?". Consumo espurio, lejos estamos de conducir una rueda en base a un trabajo en línea con una producción que sirva a las necesidades reales del ser humano.

Entonces no consumir estanca, va contra el tamaño, la velocidad y la dirección hacia dónde va la rueda que mueve este mundo. Asi que en línea con este criterio, con la forma que ha tomado esto, un día podrían venir a detenerme por la fuerza, a mi propia casa. Yo preguntaría cuáles son mis cargos y me contestarían: No consumir, señor. Es delito contra la estabilidad mundial.
La bendita rueda, si. Hay veces que hasta creo que prefiro pinchar.

(Imagen: Nico)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Q interesante reflexión. Desde luego, podemos vivir con la tercera parte de las cosas con las que vivimos. Podríamos no renovar el vestuario, no usar marcas, viajar menos y aún seríamos muy felices. Pero ¿Qué pasa si todos hacemos lo mismo? ¿Qué pasa si desaparece la sociedad de consumo? ¿estaríamos mejor? En principio, parece que sí. No tengo elementos para pensarlo, porque carezco de formación en economía y mucho menos en economía mundial. Pero da miedo. Da miedo que vengan y te detengan por no consumir....

Nico Carletti dijo...

Si todos hicieramos lo mismo sería como mínmo un mundo más real y estaría basado en las personas y no en la economía de la cual yo también carezdo de formación, salvo que sé que debería estar e nuestro servicio y no al revés. Saludos Oyana.

Anónimo dijo...

Es un tema dificil. Lo que yo digo es que el punto se encuadra en torno a la injusticia. Creo que si hay pobreza marcadamente y progresivamente manifiesta en cada esquina, no tenemos derecho a ostentar y a disfrutar puertas afuera. Yo me siento un sorete si estoy tomando champagne en la vereda y pasa un pendejo pidiendo monedas. Yo soy partidario de practicar "lujos de guerra", o sea, partiendo de la base que el mundo se va al carajo y la decadencia se pronuncia en marquesinas y medios a granel; que son como las bombas que caen sobre nuestras trincheras donde todavìa resistimos, lo que yo propongo es una "multa" al derroche, la frivolidad y la indiferencia hacia los que sufren. Una multa moral, una multa social, publicada y transimitida a la sociedad para que sepan quienes son los insensibles, los egoistas y los mala-leche.

Por ejemplo: A fines de la primera guerra mndial era en Alemania como una falta grave pasearse con botas de cuero, o comer excesiva y lujosamente cuando los soldados se estaban cagando de frio y hambre, cerca de la derrota y la retirada. Pero parece que no hubo muchos paìses màs en que la solidaridad y el sacrificio general denunciò la exposiciòn (Excepto Rusia en 1941, donde las mujeres no conocian ni los perfumes ni lo que era teñirse el pelo, y los EEUU), dejò al descubierto a aquellos a quienes nada le importa y solo pensaban y vivian en la autosatisfaccion.

Ahora esa guerra es màs intensa; sabemos que estamos perdidos y que el lujo no nos va a alcanzar para nada ùtil.Somos profundamente infelices. Lo estamos sabiendo y experimentando.No tenemos escapatoria en la palabra subliminar y dirigida al confort. La escapatoria està en nuestra conciencia, en nuestro sabernos falentes, dèbiles,accesibles a la moda banal y en la medida que nos desprendamos de todo eso seremos mejores. Y nos van a distinguir y reconocer. Tardarà, pero asì va a suceder. Es como si una fuerzaa superior, mayor a todos nosotros ya nos hubiera condenado y queremos vivir unas horas mas de fiesta, antes de cortar la torta.

El lujo se sustenta en la pobreza. Ante quienes voy a coquetear con mi campera de tres lucas, si todos tuvieran una similar. Ante quienes me voy a pavonear con mi Audi si todos tienen de minima un Porsche. No, no. Es evidente que es necesario provocar la diferencia, para justificar la satisfaccion. Si no no habrà diferencias entre salir a caminar por la vereda de entrecasa y salir a cenar al Ritz. Debe haber pobreza para que haya lujo. No existe un valor sin su opuesto.


Asì y todo las cosas maduran y caeràn por su propio peso. No es necesario entrar con un lanzallamas al centro comercial y acabar con todo. Aunque ese serìa un orgasmo abismal y maravilloso.

Nico Carletti dijo...

Es como si el anonimato llevara algo (o todo) de mi propia sangre, pero llevando mi reflexión al mismisimo extremo, a la mismísima punta del ovillo donde en realidad quiero ir pero no me animo... por mi propia hipocrecía, seguramente.
Que esta modernidad es la transformación de las antiguas guerras padecidas en una "paz" para algunos privilegiados es una reflexión que me ronda en la cabeza hace tiempo.
La necesidad en "provocar la diferencia" es una idea que publiqué en blog de David en referencia a la monarquía hace unas semanas.
Decir que "debe haber pobreza para que haya lujo" o que "No existe un valor sin su opuesto" es tan cierto y sencillamente impresionante. Cuánto tiempo más llevará, hermano...

Anónimo dijo...

"La maquina gira , gira y debe seguir girando siempre. Si se para, es la muerte" (pag. 45)
"Las ruedas deben girar continuamente, pero no al azar. Deben haber hombres que las vigilen" (pag.46)
"El principio de la enseñanza durante el sueño o hipnopedia había sido descubierto" (pag.33) cien repeticiones tres noches por semana durante cuatro años, crean una verdad!! (pag. 49) "En las guarderías la clase de Conciencia había terminado y ahora se encargaban de crear futura demanda para la futura producción industrial: "Me gusta volar" --murmuraban los altoparlantes- "me gusta volar, me gusta tener vestidos nuevos, los vestidos viejos son feísimos. Nosotros siempre tiramos los vestidos viejos, tirarlos es mejor que remedarlos." (pag. 50).
"Es curioso pensar que antes la mayoria de los juegos se jugaban sin mas aparatos que una o dos pelotas, unos pocos palos y a veces una red. Imaginen la locura que representa permitir que la gente se entregue a juegos complicados que en nada aumentan el consumo. Pura locura. Actualmente los interventores, no aprueban ningún nuevo juego, a menos que pueda demostrarse que exige cuando menos tantos aparatos como el mas complicado de los juegos ya existentes." (pag. 37)
Todos los hombres, mujeres y niños eran obligados a consumir un tanto al año, en beneficio de la industria (pag.51).
"En la actualidad el progreso es tal que los ancianos trabajan, los ancianos cooperan, los ancianos no tienen tiempos y ocios que no puedan llenar con el placer, ni un solo momento, para sentarse y PENSAR." (pag.55).

Todos son párrafos textuales de "Un Mundo Feliz" de Aldous Huxley, novela escrita en 1931!!! cualquier coincidencia con la realidad actual (más de 70 años después) será pura casualidad? huuummmmm....no lo creo... (no dejen de leer el libro, si no lo hicieron!!)

Un abrazo, MMC.