viernes, 23 de enero de 2009

El proceso

Pasó a su lado justo cuando él doblaba la esquina. Algo le entró por la nariz y en vez de irle al pulmón le fue directo al cerebro. Lo procesó y lo trasladó unos veinte años hacia atrás. Como si fuera un viejo ordenador sintió como todo se analizaba ahí adentro, en busca de la información, intentando unir esos nexos que habían sido cortados hacía tanto tiempo. En unos segundos, volvían a unirse y obtenía el resultado: ese nombre. Un proceso rápido y perfecto. Se dió cuenta de que podía hacerlo, una a una, ir directo a cada nombre sin equivocarse. Tenía una nariz privilegiada, o muy pocas mujeres habían pasado por su vida.

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