jueves, 23 de julio de 2009

Mis aires de buen turista



En estos días, no sólo opongo resistencia al frío de Buenos Aires (ayer, entre 0º y 7º durante todo el día, sumado a un viento terrible) sino también a la tentación de organizarme, agendar y planificar los múltiples encuentros con amigos y familiares. Me dedico a resistir en general y prefiero que me lleve el viento y los sorpresivos correos y llamados telefónicos.
Justamente en uno de esos huecos, a destiempo, fuimos ayer a escuchar tango a San Telmo, uno de los viejos barrios porteños, por excelencia y tradición (foto) y conocí al buen turista argentino: el americano o europeo, extranjero en el sur, que baja del hotel céntrico a conocer el tango, las calles y el Río de la Plata.
Hoy quedé con El Cabezón, que como yo, eligió resistir en retirada aunque él fue a parar al Caribe. Entramos a un café en las Lomas de San Isidro. Hablamos de su Caribe, de mis tapas ibéricas y de nuestro país. Ahí hubo que pedir otro café porque la cosa se alarga y se complica. Unos minutos después de retirarse, volvió a entrar y me regaló un libro Manifiesto Cívico Argentino, del rabino Sergio Bergman. Ahí, este hombre muy bien formado, de 47 años, apela al argentino medio, que tiene su vida más o menos resuelta y también a la clase dirigente a que participe, se transforme y rescate al verdadero ciudadano activo que duerme detrás del mero habitante.
No lo he leído, pero ya me estoy preguntando: Si, está bien, pero... cómo. Porque como una foto perfecta de la Argentina, donde hay marcado un paso de peatones, los coches no frenan y en su lugar, después que murieron unos cuantos atropellados, siguen sin frenar y entonces se opta por agregarle a la señal un policía para que intente detener el tránsito de alguna manera.
Es triste que la gente no respete ni sus propias señales. Se pisotea todo. Por eso me pregunto cómo, porque está lleno de gente que ya no lo resistió más y muchas que siguen en pié porque resisten. Es un camino de frente a un viento en contra permanente. Un tango, hermoso, maravilloso, que nunca fue fácil de bailar.
(Foto: Nico) Buenos Aires. Tanguería en San Telmo

2 comentarios:

Unknown dijo...

Me apetece ir a ese sitio.

Nico Carletti dijo...

David, ya te digo. Para mi gusto el turista la pasa bastante mejor que el habitante medio en Buenos Aires. Un lujo (o una injusticia)