No se puede pensar. Hay que sentir la necesidad de presionar y soltar antes o después, sin dejar de razonar ahí abajo, ni de colocar negras arriba. Hay que darle, y ahí va.
Se sabe, todo tiene un porque, un entramado invisible. Hacía más de 20 años que no le ponía las manos encima.
Pero ahora es distinto. No es lo mismo darle al vacío todos estos años. Parecía tan fácil... Hay que estar ahí arriba y darse cuenta de que aquello no sirvió para nada, no aportó técnica, sólo ensanchó las venas, aceleró el ritmo, exacerbó el sentimiento. Recién ahora se deja.
Se sabe, todo tiene un porque, un entramado invisible. Hacía más de 20 años que no le ponía las manos encima.
Pero ahora es distinto. No es lo mismo darle al vacío todos estos años. Parecía tan fácil... Hay que estar ahí arriba y darse cuenta de que aquello no sirvió para nada, no aportó técnica, sólo ensanchó las venas, aceleró el ritmo, exacerbó el sentimiento. Recién ahora se deja.
3 comentarios:
Qué grande! Me alegro mucho de que hayas vuelto a las baquetas :)
A darle duro, sólo un poco de práctica, el talento nunca se va.
Pero...¿a qué le das? jajaja
Publicar un comentario