sábado, 18 de abril de 2009

Detrás de la ceremonia

Se quitó la goma que le recogía el pelo provisionalmente
y se armó un moño del tamaño de un limón.
Lo cubrió con una pequeña red negra elástica
y empezó a pincharlo con unos ganchos para sujetarlo.
Después completó con seis horquillas el resto de su cabello.
Su cuerpo casi no tenía curvas
y su cara estaba francamente minada por el acné.
Pero su encanto era suficiente.

4 comentarios:

Sulizhen dijo...

¿Has visto "Juego de lágrimas?" o qué? :) http://www.youtube.com/watch?v=xF59nPVCUsw&feature=related

Nico Carletti dijo...

Qué. No conocía esa película.

Anónimo dijo...

El encanto no se aprende ni se consigue, se tiene, sin mas.
Muy bonito.

Sulizhen dijo...

Pensé en The Crying Game porque eso ocurre.Exactamente así.