jueves, 5 de mayo de 2011

La erótica del lagrimal


Fue por eso que aquella vez nos recostamos en la camilla y santificamos el Ibuprofeno. Mi médica de cabecera es un encanto, un cielo por el que me enfermaría tres veces al día durante una semana; antes, durante y después de las comidas. ¿O será su dulzura la que me pone enfermo?
La cosa es que estaba otra vez frente a ella.
- ¿Qué le pasa?
- No sé -le dije- No sé...
Me colocó su mano por detrás del cuello, como en posición de morrearme, pero era para dejarme caer la cabeza y observarme con la linterna oftalmológica. Entonces, con un poco de vergüenza, cerré la boca y cumpliendo sus órdenes abrí bien grande los ojos.
Le conté que acababa de llegar de Cáceres y que me había pasado toda la tarde mirando por el objetivo, tratando de localizar rincones húmedos o secos en el pantano de Valdecañas. Le dije que quisá fuera eso, o la carta de la DGT, en la que me sugerían que hiciera un curso de sensibilización y reeducación vial.
No me hizo caso y siguió mirándome a los ojos, con la mala suerte de que yo tenía que obedecerle, mirando sucesivamente hacia arriba, hacia abajo, hacia arriba...
Me cansé. Coloqué mi mano sobre la de ella en mi cuello y le avisé que era la última vez que miraba hacia arriba. Justifiqué mi exabrupto con la excusa de que hacía una semana que padecía además una alergia galopante. Con mi ultimatum, logré que fuera ella la que me recomendara que entonces nos recostemos en la camilla, porque tenía que decirme algo importante.
Me susurró que lo de la DGT era una insensatez y que lo que tenía era muy contagioso. Tal vez por culpa de ellos, por tildarme de insensible y pretender rehabilitarme en las condiciones en las que me encontraba. Yo, le dije que como quiera, que su diagnóstico era brillante, pero que me diera algo, algo....
Abrió su boca, y juntos cantamos una oda a la conjuntivitis viral.

(Foto: Nico)  Parte de la solución

1 comentario:

Pombolita dijo...

Me parece que lo grave es lo que tienes tú con esa médica...
¿De qué ambulatorio la sacas?, en el mio no son tan simpáticos y comprensivos y menos te susurran al oido.
Más bien ni te miran.