Dos inmensas bolsas de aire se acomodaron a ambos lados de mi bañador y me dejaron el culo en pompa sobresaliendo de la superficie. No me avergoncé absolutamente de nada y seguí nadando hasta la otra orilla. Abajo, mi sombra húmeda sobre el fondo. Arriba, nada más que sol, cielo. Pensé en esto, en cómo lo escribiría y en que hace un año, por estos días, estaba volviendo de Italia. No había absolutamente nadie y comencé a sonreír solo debajo del agua. Nada, azul y burbujas, dentro y fuera de mi cabeza.
(Foto: Nico) Sicilia, julio de 2007
3 comentarios:
Esas burbujas te deben haber sentado bien, se te lee relajado.
Besos
A mi me gustaba mucho más lo de los airbags traseros.
no hay nada como estar entre el azul del mar.
Saludos.
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