sábado, 23 de febrero de 2008

El borde del mundo


Hay días en los que si levanto la vista veo todo. Nada me interrumpe. Con cierta claridad logro ver, en un arco que va desde la punta de mis pies hasta arriba de mi cabeza, la nada y el todo juntos. Estoy parado en el borde del mundo. Lo que veo es todo aquello que hay más allá, y sólo mis pies me siguen uniendo a todo esto que queda aquí. Esto ni tú ni yo podemos verlo nunca, sólo a veces. Hoy hubo un instante en el que lo vi, e inútilmente estoy intentando transcribirlo. Pero no se puede. En el borde del mundo no hay cobertura de móviles ni tartas de chocolate, no hay café ni música comprimida. Ahí no hay nadie, ahí están esas cosas que de vez en cuando queremos ser y no podemos. Solas, sin nosotros. Esas cosas que en el fondo sabemos que completan nuestra forma aquí. Juntas hacen que seamos un todo. Nada.

(Foto: Nico jr.) Sicilia, Italia. Julio 2007

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En el borde del mundo está lo que es importante. Lo que nos hace lo que somos. Bienvenido, Carletti. Ya te he enlazado.

Tian dijo...

Yo procedo si bien no en la misma posicion de la reposera, igualmente mirando hacia el oeste desde el dormitorio. Por allì se pone el sol tornàndose una mancha de tina.